Con base en la sistematización de la experiencia del parque ecológico Chajil Siwan de la comunidad de Chuamazán, Totonicapán se plantean elementos que hacen del ecoturismo comunal una estrategia para encaminarse al Buen Vivir como alternativa al “desarrollo” basado en las relaciones económicas capitalistas. El Buen Vivir es “un modelo de vida centrada en la convivencia equilibrada entre hombres, mujeres, tercera edad, juventud, niñez, Madre Tierra y Cosmos” (CPO, 2022, p. 10). Expresa también “un cambio más profundo en los saberes, afectividad y espiritualidad, como apertura ontológica a otros entendimientos (…) el Buen Vivir desplaza la centralidad de los humanos como únicos sujetos, con agencia política y fuente de toda valoración” (Ashish Kothari et al., 2019, pp.188-189).
La experiencia de Chuamazán nos muestra que el éxito del proyecto de ecoturismo comunitario ha tenido como base el trabajo o servicio comunitario -k’axk’ol[1]– y la organización social desde la alcaldía comunal, los comités y la asociación de la Parcialidad (también resultado del k’axk’ol). De manera que el servicio comunitario o k’axk’ol es el motor generador de la organización, participación y, del mantenimiento y protección de los bienes comunes naturales como el agua, bosque y tierra y de igual manera, para el proyecto de ecoturismo.
Este proyecto ha sido asumido como una empresa social comunitaria basado en la producción de valor y riqueza mediante el trabajo comunitario y las relaciones sociales de reciprocidad y solidaridad entre las personas y con la naturaleza. Mediante estas relaciones y trabajo Chuamazán cuenta con un sendero ecológico, servicio de restaurante, espacios para formación, canopies, área de juegos, esto le reporta ingresos a la comunidad y que reinvierte en la gestión y conservación del bosque comunal.
Los principales resultados son: puestos de trabajo para 16 personas de la comunidad, la redistribución de los beneficios del proyecto mediante apoyos económicos por enfermedad, accidente, fallecimiento, a personas de la comunidad, aportes para fiestas de la comunidad, arreglos de cierta infraestructura comunitaria, y reconocimiento del trabajo comunitario -k’axk’ol- mediante refrigerios en faenas colectivas.
La experiencia del ecoturismo de Chuamazán muestra que la lógica comunal está por encima de la lógica económica capitalista, aunque se utilizan herramientas administrativa-empresariales y se tienen relaciones comerciales con otras unidades económicas. Esto significa la posibilidad concreta de avanzar en iniciativas de ámbito comunitario que aportan a nuevas relaciones sociales para superar al proyecto de sociedad neoliberal basado en la ganancia, desigualdad social y en la explotación a la naturaleza.
Referencias
COPAE. (2024). Gestión comunitaria del bosque y el ecoturismo, como ejercicio de derechos colectivos para el Buen Vivir. Chuamazán, Totonicapán. Guatemala: Editorial Serviprensa.
CPO. (2022). Consultoría: marco categorial y fundamentos filosóficos e ideológicos del Consejo del Pueblo Maya. Guatemala: CPO.
Kothari, Ashish., et al. (2019). Pluriverso, un diccionario para el postdesarrollo. España: Icaria editorial.
[1] Palabra k’iche’ que significa sufrimiento, relacionado al trabajo comunitario significaría trabajo con sufrimiento.